«Un comienzo de revuelta política golpea a la institución»

contraEsta vez, fueron los gobiernos portugués, italiano y español los que, en menos de dos semanas, expresaron fuertes críticas al Banco Central Europeo (BCE). Mientras la institución monetaria europea opera la subida de tipos de interés más rápida de su historia, del −0,5% al ​​3,5% en once meses, en nombre de la lucha contra la inflación, sopla un arranque de revuelta política contra el BCE, procedente de administraciones de lados muy diferentes, desde la izquierda hasta la extrema derecha.

“La receta simplista de subir las tasas de interés no es vista por muchos como la forma correctaatacó a Giorgia Meloni, la primera ministra italiana, del partido posfascista Fratelli d’Italia. No se puede ignorar que el aumento constante de las tasas corre el riesgo de dañar la economía más de lo que reduce la inflación, lo que la convierte en una cura peor que la enfermedad. » Su viceprimer ministro, Matteo Salvini, del partido de extrema derecha Liga, reveló que la política del BCE era «absurdo y peligroso».

De paso por Bruselas para una cumbre europea, el primer ministro portugués, el socialista Antonio Costa, pronunció un discurso muy similar. Hay que “para salvaguardar las condiciones de vida de las familias, la capacidad de inversión de las empresas y de la economía para seguir creciendo y generando empleos que han generado mejores salarios”, lanzó en el BCE. Las críticas también llegaron desde España: “Estamos en una situación que puede que ya no requiera un aumento de la tasa de interés”, dijo la ministra de Economía, Nadia Calvino.

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Tal crítica pública es rara. La independencia del BCE está garantizada por los tratados europeos y, en general, los gobiernos se abstienen de atacar de frente a la institución. Pero, con el gran retorno de la inflación, el banco central se encuentra en confrontación directa con los gobiernos. Para calmar la subida de los precios, sólo tiene un método, sobre todo no muy sutil: aumenta los tipos de interés para frenar la economía.

La inflación, un argumento insuficiente

O la situación europea, sin ser catastrófica, es preocupante. La zona euro está en declive técnico (el PIB cae un 0,1% en el cuarto trimestre de 2022 y en el primer trimestre de 2023) y todo indica que así se autoriza en el segundo trimestre. El consumo de los hogares está a la baja y por debajo de su nivel previo a la pandemia, a diferencia de Estados Unidos, donde está casi un 8% por encima. Los mercados inmobiliarios de todo el mundo muestran graves signos de debilidad, mientras que la producción industrial se estanca.

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