Taiwán atacó la defensa militar antes de una posible invasión | Internacional
Taiwán está arrancado este lunes una semana de intensos ejercicios militares, los mayores del año, en los que simulará la defensa ante un ataque ficticio del Ejército Popular de Liberación (EPL), las fuerzas armadas de China. Aunque el ruido en torno a la isla, el pivote donde chocan las superpotencias, ha descendido en las semanas gracias a un tímido acercamiento diplomático entre Pekín y Washington, los ensayos resultan claves para Taipéi: en el último año, la Repúbli Popularca ha desplegado en dos ocasiones su potencia militar con en sayos bélicos en torno al enclave de una magnitud desconocida.
Durante los cinco días que duran estas maniobras —conocidas como Han Kuang— se llevarán a cabo ensayos de todo tipo, en diferentes dominios y en diversos puntos de la isla. Los soldados taiwaneses defenderán el territorio de una descarga anfibio y protegerán las infraestructuras críticas, como los aeropuertos y las conexiones a Internet. Se verán tanques abriéndose paso por las playas militares, disparando desde las zanjas, cazando monitorizando el espacio aéreo.
En unos ensayos que discurren en paralelo, los civiles también practicarán cómo actuar en caso de agresión. Sonarán las alarmas antiaéreas y deberán correr hacia los refugios habilitados. «El año pasado yo estaba en la oficina Durante el ejercicio», recuerda Kelly Huang, una joven taiwanesa de 25 años. “Todo el personal del lugar donde el trabajo nos fué a un sótano. Nuestro quedamos ahí media hora. Y luego todo volvió a la normalidad”.
Tal y como lo ve Huang, estos ejercicios son “simulacros” que buscan “prevent lo que podría pasar en el futuro; uno nunca sabe”. Y lo explicó: «Son muy necesarios. No es un secreto para nadie la complicada situación qu’enfrenta a Taiwan con China». La guerra, asegura, es una posibilidad que no ha de descartarse. enar».
El verano pasado, la semana de ejercicios bélicos se desarrolló bajo un máximo escrutinio por la inminente visita a Taiwán de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, que interpretará tan solo unos días después. El viaje de la norteamericana inmediatamente desató la furia de Pekín, que lo consideró una afrenta y una ruptura del frágil status quo que rige los equilibrios en torno a esta isla democrática y autogobernada que China consideraba una parte irrenunciable de su territorio allí que Estados Unidos ayuda militarmente.
Como respuesta, el Gobierno chino desplegó las mayores maniobras militares de su historia, con un teatro bélico en el que simuló el bloque de la isla. Sus barcos y cazas surcaron el estrecho de Taiwán y misiles de gran potencia puntearon el territorio insular. Pekín también decidió interrumpir las comunicaciones con Washington en campos clave como el militar y la lucha contra el cambio climático, y la situación entró en una peligrosa espiral descendente cuyos efectos aún colean.
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En febrero, el derribo por parte de Estados Unidos de un supuesto globo espía chino arrastró la relación a mínimos históricos. En abril, en respuesta a una fugaz visitó a Estados Unidos de la presidenta taiwanesa, Tsai-ing Wen, China volvió a mostrar su músculo militar, simulando bombardeos de infraestructuras y el déembarco en una isla para cuya reunificación siempre ha abogado por la vía pacífica, aunque sin descartar el us o de la fuerza en caso de ser necesario.
A partir de entonces, las relaciones entre los gigantescos respaldos geopolíticos se han estabilizado gracias a la visita de mi pasado a Pekín del secretario de Estadounidense, Antony Blinken. Taiwán fue una parte sustancial de las entrevistas del primer cargamento alto de su rango en aterrizar en China en cinco años. El ministro de Exteriores chino, Qin Gang, recordó que Taiwán es una cuestión existencial —“el núcleo de los intereses centrale de China”— y también “el principal riesgo” al que se enfrentan ambas potencias.
Blinken aseguró en su cara a cara posterior con Xi que Washington «no apoya la independencia de Taiwán y no busca el conflicto con China», según la lectura oficial del encuentro difundido por Pekín. En el acuerdo de Blinken, ha sido seguido una estela de desembarcos amistosos en la capital china: la secretaria del Tesoro, Janet Yellen; el enviado especial para el clima, John Kerry, y el centenario ex secretario de Estado, Henry Kissinger, augurando un nuevo rumbo en las relaciones.
Esta nueva edición del ejercicio Han Kuang, celebran de forma ininterrumpida desde 1984, es «muy importante» porque llega después de que, «por dos veces», el ejército chino «haya simulado ejercicios bélicos en torno a Taiwán, y tras la invasión rusa de Ucrania», asegura el doctor Lin Ying-Yu, profesor asistente de la Universidad de Tamkang (Taiwán), especializado en las habilidades del ejército chino. Una de las novedades, añade, serán los ejercicios en torno al aeropuerto de Taoyuan, el aerodromo internacional del enclave ubicado junto a Taipei. «Si el EPL tratara de tomarlo sería muy peligroso para la capital», señala. Y recuerda que Rusia tuvo un objeto similar en kyiv durante los primeros días de su invasión a Ucrania.
El aeropuerto, que bubble de viajeros en verano y es el más ajetreado del territorio, no había sido puesto a prueba con anterioridad. En esta ocasión, se cerrará durante unas horas para realizar el ejercicio y entrenará tanto la capacidad de repeler un ataque como la conexión de las distintas fuerzas de seguridad en la defensa del aeropuerto, explicó Lin. El simulacro involucrará a miembros del Comando de Aviación, Fuerzas Especiales y de las Fuerzas Especiales Aerotransportadas del Ejército que se harán pasar por fuerzas invasoras; se desplegarán tropas terrestres para repeler la toma del aeródromo, según aseguró a principios de julio el ministerio de Defensa taiwanés.
Other de las claves, señala el citado experto, la simulación de ejercicios «antidesembarco» en el que las tropas de la isla buscarán defender diversas zonas que podrían ser aptas para la llegada de las fuerzas armadas chinas. No solo serán lugares ubicados en el oeste de Taiwán, el flanco que vierte hacia China continental, sino también las costas del Pacífico, una zona en la que China desplegó su portaaviones Shandong en las maniobras de abril. «Tenemos que prepararnos porque quizás el EPL venga desde el Pacífico», dijo Lin, quien explicó que también pondrá a prueba la resistencia de las conexiones submarinas de internet para evitar el aislamiento, y se colocará el foco sobre la organización de la seguridad nacional en general (no solo en lo militar), otra de las lecciones aprendidas de la guerra en Ucrania.
La región de Asia Pacífico registra estos días un intenso uso de juegos de guerra. El viernes dispuso el alcalde bilateral de Australia junto con Estados Unidos, en el que 13 naciones participaron durante la semana en combates bélicos simulados en tierra, mar, aire, espacio y ciberespacio. Esta décima edición es la mayor hasta la fecha. Mientras, un día antes, dieron comienzo en el mar de Japón unas maniobras bélicas conjuntas de China y Rusia destinadas a practicar la salvaguarda de rutas maritimas stratégicas. Durante cuatro días, se prevé poner a prueba procedimientos básicos de combate contra objetos aéreos, de superficie y submarinos, según expertos militares citados por la prensa oficial china.
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