“Se debería exigir a las empresas del sistema alimentario que declaren los recursos financieros y humanos destinados a sus actividades de influencia”

Ia «estrategia nacional para la alimentación, la nutrición y el clima» (Snanc), actualmente en preparación, sellará la política alimentaria francesa de aquí a 2030. Ha dado lugar a numerosas contribuciones públicas y negociaciones más discretas por parte de los actores económicos, institucionales, asociativos o políticos. actores

Si bien las políticas alimentarias han resultado, desde la posguerra, de la cogestión entre el sector agroindustrial y los poderes públicos, el Snanc puede marcar una evolución, siempre que no quede rehén de intereses particulares.

La consideración explícita de los problemas del clima y la nutrición en la política alimentaria señala dos requisitos fuertes, basados ​​en datos científicos. Una exigencia ecológica primero: el modelo agroindustrial, no proviene de la gran mayoría de los alimentos que se consumen en Francia, se basa en una agricultura especializada y estandarizada utilizando masivamente la química y los combustibles fósiles. Sus daños en términos de efecto invernadero, así como sobre los ecosistemas y la biodiversidad, sobre la calidad del aire y del agua, son importantes. Los científicos llevan décadas advirtiendo sobre estos problemas.

Demasiado grasoso, demasiado salado, demasiado dulce

Luego, los requisitos de salud y nutrición: además de los trabajadores agrícolas y los residentes locales, los consumidores ven su salud amenazada por los residuos de pesticidas, los aditivos alimentarios y los métodos de procesamiento agroalimentario. Los consumidores también son víctimas de su “entorno alimentario”, es decir, de los elementos que les llevan a comprar unos productos frente a otros (accesibilidad en las tiendas, estrategias de marketing, lógicas de distribución, etc.).

Los franceses son llevados a comer demasiado gordo, demasiado salado, demasiado dulce, demasiado procesado, y a comer demasiados productos de origen animal, carne en particular. Las enfermedades relacionadas con la dieta, como la diabetes tipo 2, las enfermedades cardiovasculares o la obesidad, están en aumento. Una vez más, el consenso científico es muy amplio y los investigadores advierten.

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En este contexto, el Snanc debe comprometer a Francia en una reorientación decisiva. Requiere fuertes incentivos económicos para que los agricultores exitosos cambien su modelo de producción. Obliga a los fabricantes y distribuidores a ser responsables de construir el sistema alimentario, a través de iniciativas innovadoras y regulaciones vinculantes, en términos de prohibir la publicidad de ciertos productos, por ejemplo. Ya no podemos dejar toda la responsabilidad de sus alimentos solo en los consumidores.

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