Puigdemont necesita con urgencia un traje actual y unas zapas molonas
La estampa que hemos visto en Waterloo, durante la visita de la Barbie de la política española al huido de la justicia, merece un buen comentario ‘fashion’. Yolanda Díaz apareció en la foto con su blusa impoluta, bien ajustada y con la lazada perfecta. Ella, que sabe de tendencias o hace mucho caso a su estilista, viste de blanco y negro, porque es una de las combinaciones estrella de la nueva temporada. Acierta con su camisa blanca, historiada o no, y con su falda ‘working progress’, minimalista pero con un punto: largura asimétrica y abertura lateral, mientras que los zapatos rojos, de estilo retro, ponen el broche de oro al look.
Jaume Asens, Carles Puigdemont, Yolanda Diaz y Antoni Comin
El estilismo preciso de la líder de Sumar contrasta con el ‘outfit’ de Carles Puigdemont y su traje destartalado. ¿Por qué viste siempre americanas tan desencajadas? Dicen los entendidos en política que evita aparecer con polo ‘sport’ y pantalones chinos, un look más desenfadado, para parecer lo que ha dejado de ser: presidente de la Generalitat de Cataluña. Pues bien, creía que a estas alturas de la película no había que explicarle a don Carles que el hábito no hace al monje, y menos la prenda que lució en Waterloo.



El traje de batalla es de un color opaco, un pelín grisáceo, bastante casposo, por esas pizquitas blancas, y totalmente desactualizado, si nos atenemos a las tendencias masculinas de otoño-invierno 2023.
Voy por partes: primero, la de arriba y empiezo por la americana, de la que sólo diré que es un despropósito noventero sin gracia ni salero que descuadra a Carles por completo. La camisa es demasiado corta de mangas o las de la chaqueta muy dilatadas porque no deja ver los puños de la camisa, un error de principiante, ya que hay una regla por todos sabida que recomienda enseñarlas unos centímetros a la vista.
La parte de abajo del look tampoco tiene desperdicio. Las rosquillas que hace la tela en el bajo son muy raras de ver, ya que no se prodigan desde los 90. Tendrían gracia si la prenda fuese de estilo ‘vintage’, pero ni por esas. Un terrible desacierto.
Hay que explicarle al señor Puigdemont que los pantalones de traje se llevan desde hace bastantes temporadas un pelín tobilleros o, para los menos osados, deben llegar a la altura del empeine del calzado, apenas rozarlo, no vale apoyarlos en un par de zapatos insulsos y anodinos.