“Nosotros, actores de la salud mental, hacemos un llamado a hacer del vínculo social una gran causa nacional”

miAl salir de la crisis sanitaria, las asociaciones y los profesionales han notado un deterioro significativo de la salud mental en Francia. Finales de 2022El 17% de los franceses mostró signos de un estado depresivo según la agencia de salud pública de Francia, un aumento de 7 puntos en comparación con un período fuera de la epidemia, y el 10% declaró haber tenido pensamientos suicidas durante el año, un aumento de 5,5 puntos.

Un fenómeno igualmente preocupante, desde el fin de las medidas de confinamiento y restricción de viajes, la tasa de hospitalizaciones por intento de suicidio ha aumentado de manera sostenida. Esta situación afecta especialmente niñas y mujeres jóvenes de 10 a 24 añossegún cifras del departamento de investigación, estudios, evaluación y estadísticas: tras el segundo confinamiento, se registró una tasa de hospitalización por intento de suicidio entre niñas de 10 a 14 años ubicada en 1,6 veces la tasa promedio observada para este grupo antes de la Covid-19 período.

La entrada del Covid-19 en nuestras vidas, sus consecuencias inmediatas y las medidas tomadas a nivel político han tenido un impacto innegable en la salud mental de la población: a veces propicio para la introspección y la toma de conciencia positiva, el período también pudo haber sido difícil. y trató de cruzar.

Incomodidad creciente

Nosotros, actores de la salud mental, por lo tanto, hemos sido fuertemente solicitados. En el sector voluntario, el número de llamadas a las líneas de ayuda aumentó desde el comienzo de la crisis sanitaria y no ha disminuido desde entonces. Entre los profesionales, las consultas por ideación suicida y las solicitudes de atención han aumentado considerablemente. Al mismo tiempo, la búsqueda de información sobre salud mental, trastornos mentales y atención también se ha incrementado exponencialmente.

Todas las observaciones que hemos presenciado al respecto, puestas de punta a punta, degradan una situación de creciente desasosiego, que parece haber persistido durante varios años. Enfrentar este sufrimiento a diario puede provocar agotamiento, sensación de impotencia o incluso inexorabilidad entre los actores de la salud mental que terminan «hiperadaptarse».

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El deterioro progresivo de la salud mental es lo suficientemente preocupante como para unir nuestras habilidades en un colectivo unido para reducir el sufrimiento psicológico de la población. Según la Organización Mundial de la Salud, la salud mental es un «un estado de bienestar que permite a todos realizar su potencial, hacer frente a las dificultades normales de la vida, trabajar con éxito y de manera productiva y ser capaces de hacer una contribución a la comunidad».

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