Los financistas tecnológicos se preocupan por la salud mental

Los financistas tecnológicos se preocupan por la salud mental

Adicción a las pantallas, trastornos de atención o del sueño, exposición de los niños a contenidos inapropiados: tras el clima, la salud mental de los usuarios de altas tecnologías se convierte en el nuevo caballo de batalla de los inversores institucionales ansiosos por dotar de contenido tangible a las estrategias ESG (ambiental-social- gobernanza), este tríptico tenía que garantizar que las cuestiones a largo plazo se tuvieran en cuenta en las elecciones de inversión.

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Por lo tanto, veintisiete sociedades de gestión están lanzando, el martes 11 de julio, una «coalición» para impulsar a las empresas de alta tecnología a tomar medidas concretas, con la ambición declarada de“mitigar el impacto negativo potencial de la tecnología en la salud mental y el bienestar”.

En el punto de mira de estos inversores que reclaman más de 2.000 billones de euros de activos bajo gestión presentan algunas de las mayores capitalizaciones del mundo: fabricantes de teléfonos móviles como Apple y Samsung, videojuegos como Microsoft, contenidos como Netflix, o más gigantes de internet como Alfabeto y Tencent.

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Pesos pesados, de ahí el interés de los inversores en unirse para esperar pesar en su contra, explica Marie Vallaeys, analista ESG de Sycomore AM, una de las empresas detrás del proyecto. Porque hoy, explica, “Cuando tratamos de contactar empresas sobre temas que consideramos poco cubiertos, a menudo obtenemos respuestas de mala calidad, o incluso ninguna respuesta. En el sector tecnológico, este es particularmente el caso con respecto al impacto en términos de bienestar y salud mental en los usuarios finales”.

Rebajar las calificaciones ESG

La coalición dice que quiere obtener objetivos claros para reducir los riesgos del uso temprano y excesivo de pantallas en niños que sufren adicciones, estrés o trastornos del sueño en adultos. Tantos problemas a veces pasados ​​por alto por los jugadores tecnológicos, mientras que sus consecuencias a largo plazo han sido durante años objeto de profundos estudios científicos y son de creciente interés para las autoridades reguladoras en Europa, EE. UU. y China.

“El objetivo del diálogo es también dar a conocer a las empresas el marco regulatorio que se está elaborando. Es mejor anticipar la regulación y definir políticas que respondan a ella en lugar de tener, en el peor de los casos, que pagar multas”, resume Théo Kotula, analista ESG de Axa IM, otro iniciador del proyecto. Esperar que el número de inversores involucrados y la publicidad del enfoque sean suficientes para alentar a las empresas a involucrarse, desarrollando planes de acción o mejorando la transparencia y eficacia de las medidas existentes.

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