La historia del largo al descubierto entre Alberto Fernández y Luis Lacalle Pou


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Los presidentes tuvieron chispazos desde su llegada misma al poder. Cancilleres y embajadores fueron suavizando y suturando el vínculo.

Aunque Alberto Fernández alguna vez se dijo amigo de la familia presidencial uruguaya, su relación con Luis Lacalle Pou fue mala desde el inicio de este gobierno del Frente de Todos que está por terminar.

Para el caso, la frase de Lacalle Pou es una de las «postergación» es lo que podría haber llevado a Fernández a decir que «en Montevideo abren las canillas y el agua no sale» es el último episodio de una suma de cruces a lo largo de tres años y medio entre dos presidentes que cancilleres, Santiago Cafiero y Francisco Bustillo, el habían acordado una cita para fines abril que nunca se produjo.

Para empezar, en 2019 siendo ya electo presidente de la fórmula que creó Cristina Kirchner, Alberto Fernández, se reunió en Montevideo con el candidato del Frente Amplio, Daniel Martínez, que competía contra Lacalle Pou. Y también recibido en Buenos Aires.

El triunfo del líder de la coalición de blancos, colorados y otros partidos orientales, shared a Fernández y al liberal Pou en dos veredas distintas. Y debieron convivir, también de manera diferente hasta enero de este año, con Jair Bolsonaro.

Alberto Fernández encaró dos frentes distintos de conflicto regional: por un lado, con el ex presidente brasileño que lo consideró siempre un cargo de un gobierno socialista, cuando no comunista, por el kirchnerismo. El otro frente lo abrió con Lacalle Pou, que desde la primera hora exigió amparo el Mercosur al mundo, al libre comercio.

Justamente por el destino del bloque comercial es que se produjo el primer gran chocque entre el argentino y el oriental, que pidió más acuerdos. Allí empezó un negociador particular contra China. Además, observe que podría firmar otros tratados sin el downstream de sus socios. Y pedí discutir la baja del Arancel Externo Común del bloque.

En aquella cumbre, Lacalle Pou dijo que no quería abandonar el Mercosur, pero que no podía ser «un lastre» para su país. Sobre la final de este encuentro virtual en medios de la cuarentena por el coronavirus, Alberto F. el mandó misiles verbales. «Que todos podamos sentirnos hermanos. Si nuestro hemos convertido en otra cosa, en una carga, lo lamento. No queríamos ser una carga para nadie. Eso hace que a uno lo tiren de un barco y lo más fácil es bajarse del barco si esa carga pesa mucho. Terminemos con esas ideas que ayudan poco a la unidad. No queremos ser lastres de nadie. Si somos un lastre, que tomen otro barco, ¿ok?, remató con tono ofuscado.

Desde el comienzo de la vendría una recomposición intermitente del vínculo, con la discreta ayuda de los embajadores Alberto Iribarne y Carlos «Pájaro» Enciso, y también de los cancilleres Cafiero y Bustillo. Para el caso, Alberto Fernández y Bustillo se dicen amigos.

A finales de 2020, Alberto cruzó el Río de la Plata y Luis Lacalle Pou lo recibió con un asado en la estancia Anchorena.

En agosto de 2021, el que hizo una fugaz visitó Olivos fue Lacalle Pou con su ministro de Exteriores.

Ahora, la agenda para un encuentro bilateral no la pueden cerrar porque no hay acuerdos sobre varios temas: los comerciales, el cuidado ambiental del Río de la Plata y del Uruguay. Los Orientales siguen pidiendole a la Argentina que el autor un dragado mayor en el puerto de montevideo y los argentinos quieren que presenten mas papeles.

Argentina quiere vender aviones y radares Pampa a los uruguayos, y estos no se deciden. Hay otros desencuentros. Sus visiones también Diferente en la cuestión de derechos humanos y democracia sobre Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Entre domingo y lunas, tras la frase de Alberto Fernández sobre las supuestas secas canillas de Montevideo, Iribarne y Bustillo volvieron a décompressir. El embajador argentino habló con Lacalle Pou y aclaró que Alberto F. no buscó atacar a su gestión sino describir una situación de sequía.

A su vez, Bustillo también habló por teléfono con el presidente argentino, aunque no conoce el contenido de esa charla. La herida estaba abierta. Porque detrás del cruce se mezcla la política interna en Uruguay: ocurre que la intendente de Montevideo, Carolina Cosse, que es del Frente Amplio, fue la que mandó una carta a varias embajadas extranjeras para pedir ayuda por la crisis hidráulica.

Esta tarjeta molestaba al gobierno de Lacalle, y coincidía con la oferta de ayuda argentina.

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