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Futuro del calzado sostenible: Disparate y Saman

​El sector del calzado, conocido por su extensa presencia y importancia a nivel mundial, enfrenta serios retos medioambientales. Contribuyendo aproximadamente con el 1,4% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, un par de zapatillas deportivas libera cerca de 13,6 kilogramos de dióxido de carbono, similar al consumo de una bombilla de 100 vatios durante una semana. Por otra parte, en Estados Unidos, más de 300 millones de pares de zapatos se desechan cada año, y el 95% de ellos termina en vertederos, liberando productos químicos dañinos al suelo y a las aguas subterráneas.

Como respuesta a estos desafíos, surgen marcas como Disparate y Saman, que encabezan la transición hacia una moda más ecoamigable en Colombia.

Disparate: Combinación de innovación y tradición

Creada por Angie Ballesteros, Disparate se destaca por su dedicación a la sostenibilidad y la conservación de la artesanía colombiana. La marca emplea materiales reciclados y amigables con el medio ambiente, como telas hechas a partir de botellas PET y sobrantes de la industria textil, produciendo tejidos únicos que muestran la riqueza cultural del país. Las suelas, innovadoras en su fabricación con cascarilla de arroz, aprovechan un subproducto agrícola a menudo desechado, disminuyendo así el impacto ecológico. Este método no solo respalda la sostenibilidad, sino que también genera empleo y fortalece la economía local. Además, Ballesteros encabeza talleres en Bogotá, impulsando el emprendimiento y la educación como motores del progreso social y económico.

Saman: Arte artesanal y conciencia ecológica

Saman, ubicada en Cali, se especializa en la fabricación artesanal de zapatillas empleando cuero vegano, caucho natural y algodón reciclado. Su embalaje, hecho a partir de residuos de caña de azúcar, muestra un compromiso total con la ecología. La empresa colabora directamente con artesanos colombianos, con el objetivo de mejorar su calidad de vida y fomentar prácticas de producción sostenibles. También, Saman interviene en proyectos de reforestación de corales, trabajando junto a organizaciones no gubernamentales para proteger la vida marina.

Saman, con sede en Cali, se dedica a la confección artesanal de zapatillas utilizando cuero vegano, caucho natural y algodón reciclado. Su empaque, elaborado a partir de residuos de caña de azúcar, refleja un compromiso integral con el medio ambiente. La empresa trabaja directamente con artesanos colombianos, buscando mejorar su calidad de vida y promover prácticas de producción sostenibles. Además, Saman participa en iniciativas de reforestación de corales, colaborando con organizaciones no gubernamentales para preservar la vida marina.​

A nivel internacional, el sector del calzado está incorporando prácticas más sostenibles. En la Comunidad Valenciana, por ejemplo, se han llevado a cabo ciclos de mesas redondas centradas en la utilización de materiales y procesos de producción ecológicos, subrayando la relevancia de la sostenibilidad en la cadena de valor del calzado. Del mismo modo, el Centro Tecnológico del Calzado de La Rioja ha puesto en marcha un Plan Estratégico enfocado en la innovación, sostenibilidad y digitalización, con el objetivo de conservar la competitividad en un mercado global cada vez más demandante.

Avanzando hacia un futuro sostenible en la industria del calzado

El cambio hacia una industria del calzado más sustentable demanda un esfuerzo colectivo que incluya desde el diseño y la producción hasta el consumo y la eliminación final de los productos. Marcas como Disparate y Saman son ejemplos motivadores de cómo se puede fusionar la innovación, el respeto por la tradición y la responsabilidad ambiental. Su trabajo evidencia que es posible fabricar calzado de alta calidad que, además de satisfacer las demandas del consumidor, aporte de manera positiva al bienestar social y a la preservación del medio ambiente.

La transición hacia una industria del calzado más sostenible requiere un esfuerzo conjunto que abarque desde el diseño y la producción hasta el consumo y la disposición final de los productos. Marcas como Disparate y Saman son ejemplos inspiradores de cómo es posible combinar innovación, respeto por la tradición y responsabilidad ambiental. Su labor demuestra que es factible producir calzado de alta calidad que, además de satisfacer las necesidades del consumidor, contribuya positivamente al bienestar social y la conservación del medio ambiente.

Este movimiento hacia la sostenibilidad en el calzado no es una tendencia pasajera, sino una necesidad imperante que refleja una conciencia global sobre la importancia de proteger nuestro planeta para las generaciones futuras.