En Viena, vivienda social con piscina y tenis.

CARTA DE EUROPA CENTRAL

Llegué a las 27mi piso, de repente nos cruzamos con un par de jubilados vieneses en bata de baño saliendo del ascensor. Van camino de darse un chapuzón en una de las siete piscinas instaladas en las azoteas del complejo Alt-Erlaa. Este complejo de más de 3.000 alojamientos ubicado en las afueras de la capital austriaca es conocido por ofrecer una calidad de vida que te pone verde de envidia, y un lugar dado a un documental que actualmente goza de un éxito inesperado en las pantallas austriacas.

Con más de 90 metros de altura, sus piscinas ofrecen una vista espectacular de la antigua capital de los Austrias. Los más de 9.000 habitantes de Alt-Erlaa también pueden tomar el sol sobre la hierba artificial, cuando no les tienta la sauna… “Es como un hotel aquí”, bromea Stephan Palecek, uno de los felices inquilinos del lugar. Es difícil creer que estás en una vivienda social.

Y sin embargo, el gigantesco complejo dividido en tres barras de hormigón con bases piramidales envueltas en un parque verde está bien considerado como tal. “Tengo un apartamento de 100 m2 y pago 1.080 euros de alquiler gastos incluidos. Esto incluye calefacción, piscina, jardineros e incluso servicio de cerrajería 24/7 si es necesario”dice este ingeniero de software de 45 años.

Stephan Palecek creció aquí y regresó aquí en 2010, después de solo cinco años viviendo en otro lugar: «Estaba pagando más y no tenía una piscina en la azotea», él resume. Como miembro del consejo de inquilinos, es uno de los protagonistas del documental. 27 pisos – Alterlaa para siempre («27 pisos – Alterlaa para siempre», no traducido). Estrenada el 2 de junio, esta película cuenta ante una cámara muy subjetiva la vida en estos tres bloques, reconocidos internacionalmente en los círculos de la arquitectura y que son un orgullo vienés.

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“Haciendo que el lujo sea accesible para todos”

El documental ya ha aportado más de 10.000 espectadores en este país de tan solo nueve millones de habitantes. Tanto directora como protagonista, Bianca Gleissinger, de 33 años, relata su infancia feliz en el apartamento “C3.01.05”. Oyente « Bloque C, escalera 3, 1oh piso, puerta 5”. Tuvo que dejar el lugar a los 18 años, cuando sus padres se separaron, pero decidió hacer esta película después de mudarse a Berlín, Alemania. “Cuando dije allí que había crecido en una vivienda social pero que tenía acceso a una piscina y una cancha de tenis, todos se sorprendieron mucho”explica desde el bonito jardín gestionado por una de las muchas asociaciones de vecinos.

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