“En China, la deuda de los gobiernos locales es el problema”

“En China, la deuda de los gobiernos locales es el problema”

qCuando Xi Jinping inspecciona una provincia, un líder chino no lo hace » visitar « no, el «inspecciona» – su lema es siempre el mismo: acelerar la modernización. Acaban de llamar al orden dos provincias: Hebei, la región que rodea a Pekín, y Shaanxi, que el número uno chino inspeccionó a mediados de mayo. Si quieren una oportunidad de ascenso, los líderes regionales no tienen más remedio que cumplir. De hecho, el resultado es evidente: en poco más de una década, el país ha adquirido unas infraestructuras impresionantes. China es el paraíso de los sucesores de Gustave Eiffel.

Pero todo esto a un costo. Si en Estados Unidos lo que preocupa es el importe de la deuda federal, en China son las deudas locales las que plantean problema. Tres comunidades dan la voz de alarma. El viernes 26 de mayo, la ciudad de Wuhan publicó en el diario local una lista de 259 empresas, públicas o privadas, que le deben dinero y luchan por pagar su deuda. En total, la pizarra asciende a 300 millones de yuanes (unos 40 millones de euros). “cumplir inmediatamente con sus obligaciones de pago”, adjunta el aviso. Ya en febrero, las autoridades de Wuhan, sin duda para ahorrar dinero, intentaron reducir los reembolsos médicos pagados a los ancianos, lo que provocó dos manifestaciones, un fenómeno extremadamente raro en China.

Unos días antes, fue Kunming, la capital de Yunnan, la que preocupó a los inversores al no poder hacer frente a dos vencimientos de préstamos que, en total, ascendían a 158 millones de euros. Y en abril, fue la provincia vecina, Guizhou, la que pidió ayuda a Beijing. Esta región pobre y montañosa, que en los últimos años se ha ofrecido varios puentes y viaductos espectaculares en un intento de apertura, no puede pagar una deuda que le atribuyen 158.000 millones de euros.

Una deuda oculta de 9,2 billones de euros

Las provincias chinas se enfrentan a un verdadero dilema. Sumas de inversión a toda costa, tienen sólo una limitada capacidad de endeudamiento establecida por Pekín. Para resolver la dificultad, crearon herramientas de financiamiento ad hoc llamadas vehículo financiero del gobierno local (LGFV), cuyos empréstitos en los mercados financieros no se incluyen en las cuentas públicas.

Aparecida a raíz de la crisis financiera de 2008, esta «deuda oculta» preocupa a Pekín, que reconoció el fenómeno en 2017. Ahora hay miles de LGFV. El Gobierno central no las identifica sistemáticamente desde 2018 -sin duda para no tener que registrar una deuda que no reconoce como propia-, pero el Fondo Monetario Internacional (FMI) estimó en 2022 el monto total de esta deuda oculta en 70,4 billones de yuanes, o alrededor de 9,2 billones de euros. Una cantidad que, según el FMI, debería casi duplicarse para 2027. Según el banco de inversión Goldman Sachs, la deuda pública china ascendería, teniendo en cuenta las deudas ocultas, a 23.000 millones de dólares (21.500 millones de euros), o el 126% del PIB, mucho más que el 77% anunciado oficialmente…

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