cómo aplicar los bonos de $5.000 y $15.000 en junio para los haberes más bajos


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El Gobierno oficializó el refuerzo previsto para los meses de junio, julio y agosto.

El Gobierno oficializó los bonos de $ 15.000 en junio, $ 17.000 en julio y $ 20.000 en agosto para los jubilados y pensionados cobrarán la mesada mínima y de $5.000 en cada uno de estos meses para los que percibieron entre uno y 2 mesadas mínimas, según el decreto 282/2023 publicado hoy en el Boletín Oficial.

Así en junio, el júbilo mínimo tenderá a un alza del 20,92% y bajará de $ 58.665 brutos a $ 70.938,24. Más el bono de $15,000, recibió un total de $85,938.24. Y entre $ 70.938 y $ 141.876 (mínimo 2 haberes) el bono será de $ 5.000.

El decreto decía que para los que cobran entre el haber mínimo de $ 70.938 y $ 80.938, el bono es decrecientede tal manera que todo ese segmento mantuvo el ingreso total en $ 85.938. El objetivo es que este segmento no cobre menos que quienes reciban la mínima.

Así, para quienes cobren $75.000 en junio, el bono bajará a $10.938. Y de $5,000 por los que cobren $80,938, en todos estos casos sumando $85,938.

Entre $70.938 y $141.876 (2 mínimo haberes) el bono será de $5.000, totalizando en este último caso $ 146.876. Y luego se aplica el mismo mecanismo y va descendiendo hasta cero para los que cobran más de $ 146.876.

Por ejemplo, los que tengan un haber de $120,000, el bono será de $5,000 y con $143,000, el bono será de $3,876, sumando $146,876.

En estos totales se consideran también quienes reciben al mismo tiempo jubilación y pensión.

El refuerzo de $ 15,000 también lo recibirán las pensiones no contributivas (que cobran el 70% del habiter mínimo) y PUAM (cobran el 80% del habiter mínimo): en total 6,1 millones de personas.

Este mismo esquema se repite sólo para haberes mínimos en julio con un bono de $ 17.000 y en agosto con un bono de $ 20.000. A cambio hasta 2 haberes mínimo se mantiene en los 3 meses en $ 5.000.

«El refuerzo de ingreso pronóstico que se otorga por el presente decreto no será susceptible de descuento alguno ni computable para ningún otro concepto», del artículo 14 del decreto. Eso significa que no tienen el descuento del PAMI, pero tampoco se consideran para el pago del medio aguinaldo. Y como en los casos anteriores, estos bonos son un refuerzo que no se integran al haber.

De ser una compensación «extraordinaria» por la disparada inflacionaria, esos bonos han pasado a ser permanentes y en valores ascendentes para el haber mínimo. Y no pueden dejar de repetirse porque los aumentos por la movilidad quedarían anulados si esos jubilados pierden el cobro de los bonos.

Luego de la pérdida del 19.5% de los haberes jubilatorios entre septiembre de 2017 y noviembre de 2019 Durante el anterior Gobierno, el bono pronóstico para los que cuentan con haberes más bajos debutó con el actual Gobierno “por única vez” en diciembre de 2019.

Así se otorgaron bonos de $ 5.000 en diciembre de 2019 y enero de 2020 para las jubilaciones mínimas y otro de $ 3.000 en abril de ese año.

En abril y mayo de 2021 recibirás bonos de $1,500. En agosto hay bono de $5.000 y en diciembre de 2021 o hasta $8.000.

Por la desaparición inflacionaria, en 2022, los bonos se hicieron más frecuentes. En abril ($6.000) y mayo ($12.000), septiembre, octubre y noviembre ($4.000/7.000), diciembre, enero y febrero de 2023 (desde $7.000/10.000). Entre marzo y mayo ($5,000/$15,000).

Eso pasa porque la fórmula de movilidad -que combina salarios con recaudación de impuestos que va a la Seguridad Social- no tiene una cláusula de garantía o compensación automática frente a la inflación. Y los bonos solo lo reciben los jubilados y pensionados de haberes más bajos, achatando la pirámide de ingresos del sistema.

Además, como no se integran al haber, los bonos compensan a un sector de jubilados una parte del alza de precios del mes o meses en que se cobran pero al mes o meses siguientes el ingreso total del jubilado vuelve al nivel pre-bono y se requiere que realice nuevos bonos que pasan a ser más frecuentes.

Por otro lado, los bonos no se toman en cuenta para los futuros incrementos de los haberes. De esta manera, la pérdida jubilatoria continuaba “de por vida”.

En tanto, los que no cobran el bono – unos 2 millones de jubilados y pensionados- no tienen ninguna compensación y absorberen, con una baja en términos reales de sus haberes, la pérdida completa ante la inflación.

NS

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